Eran los años 70, una década especialmente recordada por los ufólogos y apasionados del fenómeno OVNI. Casi a diario, algún medio de comunicación de cualquier lugar de la geografía española se hacía eco de noticias relacionadas con avistamientos de los llamados en la época popularmente como los “platillos volantes”. Uno de los puntos calientes en esas oleadas OVNI fue la provincia de Huelva en la que, si bien los casos no fueron de renombre, la presencia de los “no identificados” era habitual. En los pueblos onubenses se acumulaban los testimonios clásicos que relataban cómo personas, que desconocían el fenómeno, se topaban con lo imposible

Existen zonas concretas de la provincia de Huelva donde la presencia de OVNIs fue más frecuente debido a razones que se desconocen por completo. Y una de estas zonas fue la comarca de Andévalo, al este de la provincia, que fue azotada por una auténtica oleada de objetos volantes no identificados entre 1975 y 1978. Algunos casos aparecieron en los diarios regionales, pero muchos cayeron en el olvido o directamente no salieron a la luz a causa del silencio de los testigos por el miedo que infunde el haber formado parte de lo desconocido. Y a esta segunda cuestión pertenece un caso que no se hizo público por el silencio de un pueblo entero como es Santa Bárbara de Casa, que vio cómo encima de sus cabezas un gran objeto se detuvo rompiendo la tranquilidad de la noche veraniega.

El OVNI que fue visto por todo un pueblo

Santa Bárbara de Casa fue testigo en el año 1977 de uno de los casos OVNI más espectaculares y, sin embargo, desconocido por la ufología. Todos los vecinos del pueblo onubense decidieron silenciar su experiencia por el temor al “qué dirán” los vecinos. Lo cierto es que esa misma experiencia la tuvo que tener el pueblo entero y por ello no fue nunca conocida. Tras recibir muchas negativas de personas vecinas de Santa Bárbara de Casa, que decían que “aquello nunca sucedió”, por fin una testigo se atrevió a hablar.

Panorámica de Santa Bárbara de Casa (Huelva)

Era el mes de julio del año 1977. Martina Infante tenía 10 años y no sabía que una noche de ese veraniego mes iba a convertirse en una testigo de hechos insólitos.

En verano, Martina solía tirar un colchón al suelo y echarse a dormir en la azotea de su casa, situada junto a la iglesia, en el centro del pueblo. Ella no tenía miedo a nada, sin tan siquiera de dormir a tanta altura.

“No he tenido miedo a nada. Vivía en el centro del pueblo, al lado tenía la iglesia. Las lechuzas iban por la noche al campanario que estaba a la misma altura de la azotea donde dormía y no tenía miedo.”

Pero esa noche de julio de 1977 iba a ser completamente diferente. Martina dormía plácidamente en su colchón cuando un ruido ensordecedor provocó su desvelo. Sé quedó mirando al cielo pero, en vez de ver las estrellas, solamente veía un círculo enorme con luces que parpadeaban.

“Era una nave grande, como la de las películas. Era redonda y llevaba luces rojas y amarillas. Era un círculo grandioso. Tapaba todo el cielo y por unos segundos me quedé en shock.”

La joven Martina, que nunca había experimentado lo que era el miedo, bajó rápidamente las escaleras que conducían al interior de la casa como nunca lo había hecho presa del pánico.

Dibujo realizado por Martina Infante del supuesto OVNI visto desde abajo

Este objeto lo describe como una nave de grandes proporciones y jamás lo contó a nadie por el miedo que siempre aparece al existir la posibilidad de que te traten como un auténtico lunático. Lo único cierto es que aquella niña nunca más volvió a pasar una noche en aquella azotea situada en el centro de Santa Bárbara de Casa.

¿Pudo ser visto por todo el pueblo? 

Martina infante tenía 10 años por aquel entonces. Era una niña y era consciente a la perfección que no la iban a tomar en serio si empezaba a relatar el avistamiento que había tenido lugar desde lo alto de la azotea. Pero, en realidad, si hacemos hincapié en los testimonios dados por ella, se podría haber llevado una grata sorpresa al comprobar que todo el pueblo de Santa Bárbara de Casa pudo ser testigo de aquel supuesto OVNI que sobrevoló la noche veraniega de 1977 el pueblo.

Santa Bárbara de Casa no es un pueblo con una gran extensión. Apenas tiene un kilómetro y medio de diámetro. Si el avistamiento se realizó en la azotea de la casa situada frente a la iglesia de la localidad, estaríamos hablando de que tuvo lugar en el centro exacto del pueblo. Si en realidad tenía las grandes dimensiones que relata Martina, todo el pueblo podría tener acceso al avistamiento directo del objeto y, por consiguiente, existirían más testigos del supuesto OVNI.

Iglesia de Santa Bárbara de Casa, con la azotea desde la que se produjo el avistamiento

Otra característica esencial que muestra el caso es el ruido ensordecedor que habría desprendido el misterioso objeto. Es un rasgo diferenciador de la mayoría de casos OVNI, ya que casi en la totalidad de los relatos los testigos destacan el silencio de aquellas naves que aciertan a ver. Si se añade el factor del ruido, que fue determinante para que Martina se despertase y viera aquel fenómeno anómalo, ¿por qué no habría despertado a más vecinos de Santa Bárbara de Casa?

El OVNI de Santa Bárbara de Casa  no es un caso aislado en la zona

El caso OVNI de Santa Bárbara de Casa es espectacular en sí, ya que pudo haber sido visto por la totalidad de un pueblo que no solía estar acostumbrado a este tipo de fenómenos.

Pero en los pueblos aledaños se han recogido algunos casos que han quedado marcados en los anales de la ufología española por la singularidad de éstos y las consecuencias que tuvo.

Cabe destacar el ocurrido en Rosal de la Frontera, situado a 15 minutos de Santa Bárbara de la Casa que es recogido en la obra “Enciclopedia de Encuentros con OVNIS”  de Vicente-Juan Ballester Olmos y Juan Antonio Fernández Peris. En 1975, el pueblo fue testigo de avistamientos OVNIs que incluso fueron interpretados por los vecinos como una señal de la guerra, pues los más viejos recordaban que en el año 1936 había sucedido algo similar. El suceso más destacado es el ocurrido a Julia Núñez, que tras acudir al patio por los gritos de sus hijos, se vio deslumbrada por un objeto ovoide. La luz fue tan cegadora que hizo que Julia Núñez perdiera parte de visión y tuviera un malestar generalizado.

Pero los sucesos ocurridos en Rosal de la Frontera (se volverían a dar en 1988) no son los únicos acontecidos en los pueblos de alrededor de Santa Bárbara de Casa. En una madrugada de febrero de 1975, Manuel Barba conducía por la carretera que une los vecinos pueblos de Cabezas Rubias y Calañas cuando ve que un extraño objeto luminoso desciende. De repente, su reloj de pulsera para de funcionar. Es en este instante cuando ve más de cerca el objeto que había visto bajar del cielo, pero esta vez emitiendo luces brillantes de colores que parpadeaban.

La zona de la comarca de El Andévalo es uno de esos lugares donde existe mayor concentración de avistamientos de objetos volantes no identificados, con unas similitudes increíbles entre todos los casos existentes y que, como sucede en el caso de Santa Bárbara de Casa, permanecen en el tintero a la espera de que alguien los vuelva a poner en el vasto mapa ufológico que existe en España.

Mapa del lugar