El fenómeno de la psicofonía nos sigue sorprendiendo, pero a la vez desconcertando. Logramos nuevos registros, pero a la vez hay que seguir insistiendo en la metodología de investigación. No me considero un coleccionista de psicofonías, más bien busco respuestas, pero tal vez haya llegado el momento de hacerse las preguntas adecuadas
Más allá de una “simple” grabación, me encuentro ante la necesidad imperiosa de investigar, y por investigar entiendo un trabajo prolongado en el tiempo, pero aparte de la experimentación, el pensar es una buena forma también de investigar.
Por muchos registros que se obtengan, para poco nos van a servir si no se analizan y se tienen en cuenta sus diferentes factores.
Unas veces se obtienen más registros psicofónicos y en otras ocasiones menos, pero… ¿Qué influye en la cantidad y calidad de los registros?
Seguramente muchos factores, por ello cuanto más amplio sea el registro de nuestras experiencias, más datos tendremos a la hora de pensar y analizar el tema.
La tecnología nos abre una puerta enorme en la investigación, mayores posibilidades de análisis y, usando las convenientes grabadoras, un menor error. Pero en esta ocasión me ha dado por pensar en el pantanoso tema de la función que juega nuestra mente en el proceso psicofónico.
He intentado relacionar el lugar con los registros que se obtienen y si este puede tener algo que ver, en primera instancia parece que no, y esto está corroborado por el echo de que se obtienen grabaciones en cualquier lugar, pero para ello nos sirve el análisis, para después analizar minuciosamente cada dato y cada registro. Pienso que en realidad el lugar sí pudiera tener que ver con la captación psicofónica, pero esto es algo que de momento he de aparcar por no tener datos ni pruebas suficientes. Barajamos la hipótesis de que determinados sucesos violentos o con gran carga de emotividad pudieran ser el detonante de determinados fenómenos paranormales, y puede que esto sea así, pero ¡Ojo!, dejemos de lado el morbo y las ganas de sensacionalismos baratos, no busquemos primero el desastre, el asesinato o el suicidio para luego montar un castillo de naipes formado por testimonios o sucesos poco fiables que se sujetan con pinzas, ya que por bonito que sea un castillo de naipes, en cuanto quitemos una carta, puede que se venga abajo.
¿Es nuestra mente la que graba los mensajes en las grabadoras?
Lugares como Belchite u otros análogos deberían ser los más propicios para la captación de registros y parece que algunos investigadores así lo afirman. Sin embargo, y siempre basándome en mis trabajos y los de otros colegas de total confianza, como los del Grupo UFO, capitaneado por Joseba Orraca y Charo Lozano, lo cierto es que los registros que se captan en este lugar, en la mayoría de las ocasiones poco o nada tienen que ver con la guerra civil y mucho menos con otras guerras anteriores las cuales también tuvieron como escenario a Belchite. Pero por otra parte, otros investigadores afirman el haber captado otras psicofonías que identifican como “psicofonías de guerra”, en donde dicen que aparecen mensajes típicos de la batalla o de sus mandatarios, aquí ya aparece una cuestión ¿Por qué unos sí captan estos registros posiblemente relacionados con la guerra y otros, como es mi caso y el de otros investigadores, captamos registros “más normales” y con mensajes más triviales?
Pues bien, aquí hemos de analizar diferentes factores, pero a mi juicio existe uno fundamental, ya que estoy convencido de que el interruptor que abre el diálogo para que se de la psicofonía es nuestra propia mente y, dependiendo de nuestra predisposición, pudiera ser que atraiga, por decirlo de alguna manera, un tipo de mensajes u otros. La mayoría de quienes dicen haber captado esos “ecos de la guerra” en forma psicofónica ya van predispuestos y sugestionados con que eso es lo que van a captar y, al parecer, eso es lo que logran. En cambio si grabamos en Belchite con la mente abierta, en blanco y simplemente con ganas de grabar, los mensajes aparecen como digamos… «más normales”, es decir, respuestas o mensajes que en la mayoría, en mi caso todos, no tienen nada que ver con la guerra. Por lo tanto, y aunque sea en teoría, al parecer el mensaje psicofónico parece tener una relación directa con nuestra predisposición. Esto no es afirmación, de manera alguna, de que la psicofonía provenga de nuestra mente, pero sí de la posibilidad de que exista esa relación directa con lo que “creemos que vamos a captar”, algo similar a los mensajes de la Ouija. Si pensamos o tememos al demonio seguramente será lo primero que nos aparezca en el tablero, en cambio, si no vamos predispuestos a “nada” los mensajes varían notablemente.
“Lo igual atrae lo igual” posiblemente…
¿La mente de una sensitiva o nuestras facultades psíquicas ayudan a la grabación psicofónica?
La actividad eléctrica y magnética de nuestro cerebro es muy pequeña, y a día de hoy no la podemos relacionar ni de lejos con el origen psicofónico, pero bien es verdad que muy probablemente influyan algunas otras emisiones cerebrales desconocidas para nuestra tecnología actual. La posibilidad de que nuestra mente plasme en las grabadoras mensajes inteligibles, a mi manera de ver es ínfima, y más teniendo en cuenta que diferentes soportes de grabación usan muy diferentes sistemas de grabado, con lo que se complica aun más el tema. La influenciabilidad tanto magnética como de otro tipo de emisiones varía enormemente de unos sistemas de grabación a otros.
Al experimentar con sistemas que alteran nuestra consciencia, como por ejemplo la Ouija, nos da también mucho que pensar…
Las grabaciones que hasta el momento he logrado con estos sistemas de conexión “con esa otra supuesta realidad” son, o suelen ser, de gran calidad y aparecen en mayor cuantía. Volvemos a tener en cuenta el factor de la predisposición y del sistema alterado de conciencia como parte fundamental para la cantidad y calidad de los registros obtenidos, una mente predispuesta y tal vez, muy tal vez, las facultades psíquicas de las personas que experimentan o participan de la experiencia psicofónica pueden tener mucho que ver con los resultados.
La mente juega un papel crucial en el elemento psicofónico, de ello estoy totalmente convencido. Para ello, lo mejor es continuar con el trabajo de investigación, para ello resulta crucial y necesario la colaboración con otros equipos de investigación e investigadores también, pero siempre y cuando se siga alguna metodología y archivo, ya que de lo contrario, registros, voces sueltas y mensajes, sean cuales sean, no aportan nada a la investigación y son imposibles de analizar de una forma sería.
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Siempre he pensado que esa podria ser una de las opciones a las psicofonias que las produjese nuestra propia mente… Yo no soy una experta en esto . Simplemente he leido mucho y sigo mucho estos temas, Y a veces despues de pasar muchos dias siguiendo estos temas ,viendo documentales ,investigaciones etc… mas llego a la conclusión de que podemos ser nosotros mismos. Recuerdo una investigación del famoso Hospital del TOrax en la cual se recogieron varias psicofonias y en una de ellas reconoci una voz muy similar a la de uno de los investigadores que participaban en dicha investigación, con lo cual no digo que sea falsa la psicofonia , pero si que hay algo tenemos que ver en ellas. También recuerdo cuando tenia 16 años estuve presente en una sesión ouija solo como espectadora , cual fue mi sorpresa que cuando preguntaban algo venia la respuesta a mi mente antes que la ouija contestara , es decir preguntaban ¿ como te llamas? y yo pensaba Antonio , y acto seguido la ouija deletreaba Antonio y asi varias preguntas , casualidad o no.. no lo se…. que ellos nos utilicen de antena .. no se…que somos nosotros tampoco lo se.
Evidentemente yo como cualquiera de nosotros queremos creer que contestan ellos , para dejar de tener miedo a la muerte,para dejar de tener miedo a desaparecer, o para creer que podemos hablar con nuestras personas queridas ya fallecidas.
Pero creo que hoy por hoy ya necesitamos cosas mas consistentes , algo nuevo a lo que agarrarnos .Un Saludo