Mucha gente afirma haber presenciado, desde la más absoluta casualidad y en entornos totalmente familiares, apariciones fantasmales de gente que ellos conocían y, en algunas ocasiones, de gente totalmente extraña. En este artículo desgranaremos sus posibles causas intentando arrojar un poco de luz sobre diferentes casos
Nota aclaratoria: El presente artículo fue escrito el día 3 de diciembre de 2014 por Héctor Quiroz Aguilera.
Definición de fantasma
Son muchos los parapsicólogos que han dado su opinión al respecto, así que, de un modo personal, bajo mis investigaciones, resumo que podríamos decir que un fantasma es: una visualización en el plano terrenal de un ser energético (energía pura) que de un momento dado, decide de modo inteligente, pasar consciente a nuestra dimensión, llevado por sus deseos carnales o emocionales, que han quedado subyacentes en el. Y ocupando un plano temporal de existencia no física entre nosotros.
Este tipo de entidades probablemente no saben que han fallecido y tampoco son conscientes del paso del tiempo ni de la gente que les rodea, siéndoles imposible evolucionar a un estadio de existencia superior. A la cual llamaremos la zona gris.
La parapsicología, entonces, sería la rama del saber que recoge y estudia una extensa y variada gama de fenómenos que escapan a nuestro conocimiento científico actual y que, por lo tanto, sobrepasan nuestra capacidad de comprensión.
Apariciones post-mortem
Según el parapsicólogo de la “Society for Psychical Research” (SPR), E. N. M. Tyrrel, habría cuatro clases de apariciones: experimentales, críticas, post-mortem y espectrales.
Haremos un breve resumen de las mismas:
Veamos un ejemplo de un caso real de Aparición Crítica:
La Sra. G. había pasado un día muy agradable. Nada le hacía pensar que precisamente esa fecha iba a quedar para siempre grabada en su memoria. Había realizado sus quehaceres habituales y sus asuntos se habían desarrollado dentro de la más estricta normalidad. La Sra. G. residía con su esposo en una casa amplia, demasiado grande para ambos. Se trataba de un matrimonio de cierta edad que vivía solo desde que sus tres hijos se habían independizado para formar sus propias familias. H., el mayor de los tres, vivía en un país extranjero, en Venezuela, pero la distancia no había enfriado la relación. Frecuentemente el matrimonio recibía cartas y llamadas telefónicas de su hijo. Aquella madrugada, eran solamente las tres cuando la Sra. G. se despertó sobresaltada. Tenía la extraña sensación de que su hijo H. se encontraba en su habitación. Podía ver su figura débilmente, estaba de pie y con la mano esbozaba un leve gesto de despedida. La buena mujer pensó que seguramente era una alucinación. Pero la experiencia le produjo tal inquietud que no pudo volver a conciliar el sueño. Se preguntaba acerca del significado de tan extraña visión.
A la mañana siguiente, una llamada telefónica le anunció la repentina muerte de su hijo. El accidente de automóvil en el que había perecido se había producido, precisamente, a la misma hora en que la madre vio ante ella el espectro de su hijo diciéndole adiós.
Mientras que la siguiente sería un ejemplo de Aparición Post-mortem típica:
Varios días después de la muerte de su marido, María sentía su presencia en todas las habitaciones de la casa. Un día vio incluso una especie de ángel, una sombra difusa que deambulaba por los cuartos. Su esposo había estado enfermo durante dos años.
Después de morir, María afirmaba sentirlo en la cama, a su lado. En otra ocasión lo notó en la cocina, y al parecer no fue la única en hacerlo, porque el perro de la familia empezó a ladrar y rascar en el suelo donde solía colocarse su marido, como si allí hubiera alguien. Una noche María se despertó y encontró a su marido de pie junto a la cama. Le dijo que se encontraba bien y que regresaría para visitarla, una promesa que cumplió hasta que se cumplió el aniversario de su muerte, fecha en la que desapareció para siempre.
Desde luego, lugar y testigo son los parámetros a tener en cuenta en todos los tipos de apariciones, ya que parecen existir diferentes grados de vinculación psíquica entre el agente y el perceptor. En las Apariciones Post-mortem, este tipo de relación es mucho más intensa ya que, normalmente, se trata de agentes que se manifiestan ante personas a las que han estado emocionalmente unidas en vida.
Analizando la multitud de casos documentados de este tipo de apariciones, podemos destacar un elemento que llama poderosamente la atención. Es el hecho de que cuando el perceptor conoce la noticia del fallecimiento del agente y este aparece ante sus ojos, la comunicación entre ambos resulta difícil por no decir imposible. Lógicamente, el perceptor, ante semejante fenómeno que escapa por completo a sus parámetros racionales, siente miedo en la inmensa mayoría de los casos.
En cambio, si el perceptor desconoce que el agente ha fallecido, la comunicación tiene lugar de forma completamente normal, tal y como si la comunicación se produjese en vida del agente. Se han dado casos de contacto incluso de más de una hora de duración.
A continuación, un ejemplo de lo que denominamos “comunicación fallida”:
El escritor norteamericano, Nathaniel Hawthorne, un experto en temas fantásticos, en una carta dirigida a un amigo, relata un extraño suceso ocurrido en sus años de juventud, cuando el joven novelista residía en Boston.
El escritor tenía por costumbre acudir todas las mañanas a la Biblioteca del Ateneo de la ciudad. Entre los asíduos de la institución se encontraba un anciano sacerdote, el reverendo Dr. Harris, al que podía verse todos los días, cerca de la chimenea, leyendo su periódico habitual.
Cual no sería la sorpresa de Hawthorne al enterarse por un amigo del reciente fallecimiento del clérigo, pues él recordaba haberlo visto en la biblioteca aquella misma mañana, en su lugar acostumbrado, enfrascado en la lectura de su periódico.
Pero su asombro aumentó a la mañana siguiente ante la repetición de la misma escena. El joven escritor lanzaba furtivas miradas al anciano sacerdote, sin atreverse a acercarse, y observando al resto de los lectores. Nadie más, a pesar de que entre los asistentes se encontraban varios amigos del difunto, parecía ser consciente de la aparición. Idéntica escena se repitió durante varias semanas. En una ocasión tuvo la impresión de que el espectro intentaba comunicarse con él y transmitirle algún mensaje, pero el miedo y el estupor impidieron el contacto. Finalmente, al cabo de algunas semanas, el fantasma desapareció.
Y este sería un ejemplo de “comunicación satisfactoria”:
Enrique Conde falleció hace tiempo en una localidad vecina a Sevilla. Muchos lloraron la muerte de este ejemplar vecino mientras que recordaban las bondades y aficiones de aquel que ya no volvería. Ignacio se sintió muy afligido cuando una semana después de su muerte le informaron del destino de su amigo. Casi sin creer lo que le estaban diciendo se apuró en preguntar cuándo murió. “Hace una semana” respondió el sacerdote del pueblo, sin embargo Ignacio negó esa posibilidad, argumentando que estaba siendo víctima de una macabra broma ya que Enrique Conde “me visitó ayer en la noche y estuvimos charlando casi por espacio de una hora.” Evidentemente, Ignacio había hablado con el cuerpo no físico de su amigo Enrique, que había dejado de existir días antes…
Desconocemos, ya que nos movemos en un mundo de hipótesis, porque esto es así y no de otra manera, pero intuimos que para la comunicación entre agente y perceptor sea fluida, este último tiene que estar en un estado de relajación (en el momento en el que el perceptor conoce que el agente ha fallecido, esta relajación se rompe) o incluso e un estado alterado de consciencia.
Otro rasgo característico de las Apariciones Post-mortem es la intencionalidad de las mismas. Parece ser que los agentes tienen la intención de ayudar a personas queridas por lo tanto podríamos hablar de que este tipo de apariciones son decididamente benéficas.
Veamos un ejemplo de este tipo de aparición:
Este caso ocurrió en una fábrica de automóviles de Detroit, en 1.964. Por accidente, alguien puso en marcha una gigantesca prensa de estampación y un ajustador salió despedido de la trayectoria de la máquina. Ileso, aunque presa del natural nerviosismo, el trabajador dijo haber sido empujado por un hombre corpulento, negro y con una cicatriz. Su descripción hizo recordar a sus más antiguos compañeros un accidente ocurrido veinte años antes, y en el que había fallecido una persona de las mismas características que las descritas. El hecho sucedió en la misma máquina y de una forma similar.
Es curioso comprobar que, por ejemplo, en las Apariciones Espectrales, es típico que el agente muestre una aparente indiferencia respecto al perceptor o perceptores. Cuantas veces hemos oido historias de este tipo en las que el fantasma parece hacer el mismo recorrido noche tras noche sin fijarse siquiera en las sorprendidas personas que lo observan. Como comentamos en la introducción, parece que en este tipo de apariciones, al contrario completamente de las Apariciones Post-mortem, la vinculación psíquica entre el agente y el perceptor es débil. Normalmente, los perceptores son personas que jamás han tenido ninguna relación con el agente. Podríamos hablar aquí de personas con capacidades PSI, es decir, personas que en los lugares comúnmente denominados “encantados” poseen la facultad de descodificar una información que, a modo de impregnación psíquica, ocuparía un lugar determinado. Podemos decir también que parece no haber ningún tipo de intencionalidad por parte del agente. Este tipo de apariciones son denominadas también Apariciones Recurrentes.
Otra característica a destacar de las Apariciones Post-mortem es la ausencia de fenomenología paranormal en su manifestación. Normalmente, entendemos como fenómenos paranormales todo hecho que parece no obedecer a una causa científicamente verificable. Por ejemplo, los ruidos, el movimiento físico de objetos, la percepción de voces de orígen desconocido, corrientes de aire inexplicables, etc. No hay constancia de ningún caso real de aparición post-mortem en el que el perceptor haya sido testigo de esta fenomenología.
Tipos de apariciones
Analizando y estudiando detalladamente miles de casos de este tipo, se ha llegado a la conclusión de que hay doce tipos de Apariciones Post-mortem. A continuación expondremos estos tipos junto co una breve descripción de los mismos:
Parece ser que esta clase de experiencias confortan, calman, consuelan y llenan de esperanza a las personas que han perdido a un ser querido. Normalmente, estos difuntos comunican que están vivos y que te reunirás con ellos cuando te llegue la hora de dejar la vida física en la Tierra y que estarán allí para recibirte.
Conclusiones
El conocido psicólogo Carl Gustav Jung (1.875-1.961) narra un caso real de Aparición Post-mortem que le aconteció a él personalmente:
Una vez estaba despierto por la noche y pensaba e la repentina muerte de un amigo que había sido enterrado el día anterior. Su muerte me preocupaba mucho. De pronto tuve la sensación de que estaba en mi habitación. Me parecía como si estuviera a los pies de la cama y me pidiera que fuera con él. No tuve la sensación de una aparición, sino que se trataba de una imagen de él visual interna, que me la expliqué como una fantasía. Hube de preguntarme: ¿Tengo alguna prueba acerca de que se trata de una fantasía? Si no fuera una fantasía, mi amigo estaría aquí realmente y, en cambio, si yo le creía una fantasía, ¿no sería esto una insolencia? Sin embargo, tampoco disponía de prueba alguna de que se tratara de una aparición, es decir, de que estuviera “verdaderamente” ante mí. Entonces me dije: ¡Fuera demostraciones! En lugar de explicármelo como una fantasía podía con igual derecho aceptarlo como aparición y siquiera concederle realidad. En el instante en que pensé esto él se fue hacia la puerta y me hizo señas de seguirle. Debía, por así decirlo, cooperar. ¡Pero esto no estaba previsto! Por lo tanto, hube de repetir mi argumentación. Sólo después de ello se seguí en mi fantasía.
Me condujo fuera de la casa, al jardín, a la calle y finalmente a su casa. (En la realidad, su casa estaba a una distancia de unos cien metros de la mía.) Entré y me condujo a su despacho. Se subió a un taburete y señaló el segundo de los cinco libros encuadernados en rojo que estaban en el segundo estante superior. Luego la visión desapareción. Yo no conocía su biblioteca y no sabía qué libros poseía. Además, desde abajo no había podido ver el título del libro que me señalaba.
El caso me pareció tan extraño que, a la mañana siguiente, fui a ver a la viuda de mi amigo y le pregunté si me permitía echar una ojeada a la biblioteca del difunto. Realmente bajo la estantería vistaen sueños había un taburete y vi desde abajo los cinco libros encuadernados en rojo. Subí al taburete para poder leer el título. Eran traducciones de las novelas de Émile Zola; el título del segundo volúmen decía: “El legado de los muertos.” El contenido me pareció intrascendente, pero el título guardaba una relación sumamente importante con mi vivencia.”
Creo que Jung, con el análisis de su experiencia, da totalmente en el clavo sobre lo que pueden ser realmente este tipo de apariciones.
Según la Teoría de la Relatividad de A. Einstein (1.879-1.955), el tiempo y el espacio, de ser conceptos fijos e inmutables, pasan a ser relativos, es decir, pasan a depender de un observador y su circunstancia. Partiendo de esta base, podríamos afirmar que Jung, al romper los vínculos racionales y materialistas de su época aceptando su experiencia como real, está abriendo un camino completamente novedoso. Nos está mostrando que la psique del individuo que observa ese determinado fenómeno, está percibiendo algo que funciona más allá de la causalidad espacio-tiempo. Si relativizásemos como individuos independientes el espacio y el tiempo en nuestro inconsciente, puede no resultar tan ilógico percibir algo que esté sucediendo en otro lugar distinto de donde nos encontramos en un momento determinado.
¿Podemos entonces estar seguros de que nuestras concepciones actuales de espacio y tiempo sean verdades absolutas? ¿Qué nos hace estar tan seguros?
Creo que este es un magnífico campo por investigar. Jung nos ofrece una visión más amplia de nuestro Universo. Para colocar la pieza en este rompecabezas que es nuestra vida y su relación con el Cosmos, debemos tener en cuenta que puede existir una dimensión o dimensiones desconocidas que estarían solapadas con la nuestra y que nos darían una explicación convincente y total de los fenómenos que hoy llamamos “paranormales.”
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