Los seres humanos desde la antigüedad han intentado atraer la buena fortuna o alejar el mal de ojo. Se han surtido de todo tipo de amuletos como cordones rojos, cruces e incluso pintando de negro los ojos de los niños. En esta ocasión vamos a viajar hasta Tailandia para conocer a las Luk Thep, las escalofriantes muñecas tailandesas que se fabrican para atraer la buena suerte y conocer su, cuanto menos, inquietante origen. ¿Te comprarías una?
Durante siglos en Tailandia existió la costumbre de reverenciar a unas pequeñas figuritas conocidas como Kuman Thong que se creía que atraían a la buena suerte si se las trataba convenientemente. El nombre significa «joven santificado dorado». Primitivamente se fabricaban estas figuritas de niños con fetos a los que se aplicaba un tipo especial de laca y se cubrían con una capa de pan de oro. Fueron también utilizados en nigromancia. De esta costumbre han derivado las modernas Luk Thep.
Las Luk Thep son muñecas hiperrealistas, pero a diferencia de los antiguos Kuman Thong no tienen ninguna relación con verdaderos niños o fetos. Luk thep o «Look Thep» significa «ángel infantil» y el año 2015, en Tailandia se volvieron inmensamente populares de la mano de una creadora de estas muñecas Mananya Boonmee.
La creencia popular dice que si un monje budista bendice a la muñeca, queda impregnada con el espíritu de un niño. El dueño de la Luk Thep debe cuidarlo como si fuera su propio hijo. Le ha de dar alimento, bebida, ropa y cubrir todas aquellas necesidades que tendría si fuera un niño de verdad. A cambio, la/el Luk Thep le proporcionará buena fortuna. Existen compañías que ofrecen servicios para que los poseedores de las muñecas cumplan con todos los cuidados y sean merecedores de la buena suerte.
Sin embargo, en ocasiones los dueños de la Luk Thep pierden la fe en su muñeco cuando las cosas no les van bien o por lo menos todo lo bien que ellos querrían. El problema para ellos es qué hacer con el «ángel infantil» ya que, a pesar de que no les ha proporcionado la suerte que esperaban, tampoco quieren sufrir las consecuencias si el muñeco se enfada por abandonarlo.
La superstición es muy fuerte y muchos de ellos optan por dejarlos en la puerta de monasterios y templos budistas que saben que los aceptan, para que sean los monjes los que se encarguen de sus cuidados. Los monjes los recogen y los suelen colocar en habitaciones y, al parecer, les sirven bebidas de color rojo que creen que son las preferidas por los Luk Thep.
Los tailandeses no son el único pueblo de Asia que tiene supersticiones relacionadas con muñecas. En Corea creen que algunas de ellas te guían en el momento de la muerte.
Thai Smile Airways fue noticia cuando dijo que los pasajeros podían comprar boletos para las muñecas, que podían tener sus propios asientos, aperitivos y bebidas. Pero las autoridades intervinieron luego. “En base a las reglas internacionales de la aviación, los pasajeros son personas. Así que las aerolíneas no tienen permitido vender billetes para muñecas”, dijo un portavoz de la Autoridad de Aviación Civil de Thailandia, en declaraciones a The Bangkok Post. Pero los pasajeros pueden comprar un segundo asiento a su nombre y colocar allí a sus “Luk Theps”, añadió… La cadena de restaurantes Neta Grill dijo que ofrece comidas a las “Luk Theps” a un precio infantil, y añadió que los restaurantes están “abiertos a todos los devotos”.
Varios propietarios le dijeron a la edición thailandesa de la cadena BBC que su muñeca era algo más que un talismán y que la tratan como si fuera un hijo propio. “Mi hija quiere una hermana y una amiga. En su escuela, sus amigos también tienen un Luk Thep… así que mi hija quiere tener una también, como el resto de la gente”, dijo un comprador.
Los sociólogos opinan
Algunos propietarios también han comprado accesorios caros y joyas para sus muñecas. La antropóloga Asama Mungkornchai, de la Universidad Prince of Songkla de Pattani, dijo que las muñecas parecen ser especialmente populares entre las mujeres de clase media, y que podrían “satisfacer su necesidad de ser madres”.
Pero el hecho de que muchos dicen que la necesitan para tener buena suerte y dinero también subraya “una tendencia por sentirse inseguros entre la clase media tailandesa, sobre todo en cuestiones relacionadas con la economía”.
Y el Presidente también
El primer ministro Prayuth Chan-ocha pidió a la gente que no se deje llevar por la moda y no compren las muñecas si no se lo pueden permitir, dijo la cadena Thai PBS.
El precio de una muñeca puede ir de los 1,500 baht (US$42) a las decenas de miles de baht. La policía también ha expresado su preocupación porque los vendedores de muñecas han estado evadiendo impuestos a la importación, y porque las muñecas podrían utilizarse para traficar con drogas.
De hecho, la policía en Chiang Mai interceptó una muñeca cargada con 200 tabletas de la popular droga recreativa “yaba”. Incluso han surgido dudas relacionadas con la religión, sobre si es apropiado realizar rituales budistas con las muñecas.
También se ha criticado a los propietarios por ser supersticiosos. Pero la Oficina Nacional de Budismo le dijo a Thai PBS que el ritual “plook sek” no tiene nada de diferente con respecto a las bendiciones que dan los monjes a otros objetos como los autos, una práctica que está ya ampliamente aceptada.
Acharn Winai Thitapanyo, un monje en el temple de Bua Kwan conocido por sus bendiciones a muñecas, le dijo a la BBC: “Como no viola nuestra disciplina, los monjes pueden recitar mantras para complacer a la gente”.
Salvando las distancias, esta moda podría recordarnos al enigma de la Muñeka Okiku, ¿Verdad? Realmente los muñecos con forma de seres humanos siempre han transmitido un cierto enigma que, a su vez, los hace fuertemente atrayentes.
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