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El edificio encantado de Torrelavega

El bautizado edificio encantado de Torrelavega, en Cantabria, es un caso bastante desconocido en el sector de la divulgación de misterio. No obstante, he querido relatar el caso puesto que yo trabaje en esa época exacta en la discoteca que había frente a este edificio, la macrodiscoteca Royal Palace, y fui testigo de algunos hechos que cambiaron mi vida para siempre. ¿Quieres conocerlos?

Pero antes, permitidme exponer aquí algunos fragmentos de la noticia exacta publicada en el periódico por excelencia de Cantabria: El Diario Montañés, para situarnos en contexto y demostrar que en su día fue un asunto de interés informativo a nivel local:

«…Los operarios de una constructora empiezan la jornada de mala gana. No por el trabajo en sí, sino por el lugar, un viejo edificio que ya les ha jugado alguna pasada desagradable. Están acostumbrados a lidiar con los peligros de los andamios y la maquinaria, pero no con riesgos metafísicos. Como cada día, las herramientas no aparecen donde las habían dejado la tarde anterior. Una pared recién revocada vuelve a estar desnuda. Los habituales ruidos son cada vez más inquietantes. Ya no quieren trabajar allí

«…durante las obras de reforma se corrió la voz de que en aquella dirección, cuyos bajos habían alojado durante décadas las instalaciones de Muebles Argüello, sucedía algo raro.«

«…Según cuenta la leyenda, fue en el preciso momento en que comenzaron las obras cuando, quizá molestos por el trajín de los andamios, los supuestos (y paranormales) habitantes del edificio empezaron a manifestar su presencia. Pronto se corrió la voz de que sucedían cosas raras, en especial entre los operarios que trabajaban en sus muros.«

«…pronto se corrió la voz que en el edificio se podía ver a una mujer vagando sin rumbo y siluetas que recorrían los pasillos. Además, se habían escuchado llantos de niños y ya era un secreto a voces que las herramientas de los obreros cambiaban pertinazmente de lugar.«

«…algunos torrelaveguenses recordaron entonces que mucho tiempo atrás un hombre se había ahorcado en aquel edificio. También se manejó la hipótesis de que fue escenario de un crimen. Un vecino autoproclamado espiritista se unió a la fiesta asegurando que, efectivamente, aquel lugar albergaba algo que trascendía a lo humano, como un edificio Dakota en versión cañí, pero lo único que estaba claro es que muchos años atrás había servido como casa de citas

Puede leer la noticia completa pinchando en este enlace.


Vista del edificio en la época donde ocurrían los hechos

¿Qué me ocurrió a mí?

Recuerdo el ver las obras, escuchar todas las noches de los fines de semanas historias, algunas contadas por los propios albañiles que iban a relajarse a la discoteca y nos explicaban lo que habían visto y sentido mientras mirábamos el edificio, sito a tan solo 20 pasos de nosotros.

Algún que otro obrero también nos abrió la puerta de la obra y algunos compañeros y un servidor nos colábamos de noche junto a él para ver el edificio desde dentro con nuestros propios ojos, buscar nosotros mismos lo paranormal y, aunque algunas cosas de las redactadas por el periodista son ciertas, otras no, de modo que voy a contar lo vivido y aprendido en primera persona, desde mi perspectiva.

Era finales de los años 90, me atrevería a decir que era 1997. El edificio, como comenta el articulo, estaba en ruinas, y el ayuntamiento contrató una empresa de construcciones para remodelarlo.

Pasaban los meses y la obra no avanzaba, se cambio de contrata y pasaba lo mismo, se comenzaban a oír ya las primeras leyendas de edificio fantasma. Los obreros de esta segunda empresa se negaban a ir a trabajar y tras meses y meses viendo el edificio abandonado, con los andamios puestos, se volvió a contratar a otra empresa de construcciones diferente, ya era la tercera que pasaba por ahí, y los vecinos ya estaban inquietos por saber que estaba sucediendo realmente.

Los obreros de esta tercera empresa son los que comenzaron a hablar, nos contaban historias de paredes a las que durante el día arrancaban los azulejos, rompiéndolos lógicamente, echando los escombros al remolque que tenían en la calle, aplicando cemento nuevo en esa misma pared para tapar grietas y fisuras dejándola lisa, perfectamente cimentada, irse al finalizar la jornada laboral, y al día siguiente, entrar a la obra y ver estupefactos como las paredes volvían a estar azulejadas de nuevo, no con nuevos azulejos, con los mismos, con los que habían roto, pero en la pared no estaban rotos, estaban exactamente igual que antes de comenzar…

Como dice el articulo parecía que se había viajado al pasado, era totalmente inexplicable, pero real, 2 cuadrillas de obreros anteriores lo avalaban.

Un sábado noche vi a una persona totalmente pálida fuera de la discoteca mirando fijamente el edificio. Me dirigí a hablar con el para ver si estaba bien, y tras percibir que llevaba una borrachera impresionante, entre balbuceos me relato que era peón en esa obra, que todos los días de esa semana había roto varios sacos de cemento para hacer la masa con la que cimentaban las paredes, y que había abierto decenas de cajas de azulejos nuevos para azulejar cocinas y baños tras su reconstrucción, pero que al día siguiente los sacos de cemento y paquetes de azulejos volvían a estar en el mismo sitio, intactos, llenos y precintados, las paredes sin el cemento que se había aplicado, sin los azulejos, sin manchas en el suelo. Me contó que estaba perdiendo la cabeza, que el primer día que le paso sintió que había tenido lo que a día de hoy llamamos un deja-vu, que en aquella época se explicaba como una visión, un sueño, una experiencia vivida.

Mientras escuchaba su fantástica historia con cierto escepticismo y casi riéndome de el, pues daba por echo que era inventada por el alcohol, le alentaba para entrar a la obra y demostrarlo. Tras insistir bastante e invitarle a un par de copas mas, para darle el valor que necesitaba, accedió.

De modo que entramos con él, recorrimos todas sus siniestras plantas, entramos en todas sus casas, habitación por habitación… Todo edificio o casa en obras tiene un característico olor que no se explicar, los albañiles que leáis esto sabéis a que me refiero, pero este edificio no, olía a humedad, a abandono, el polvo de paredes y suelo, las telas de araña, todo indicaba que no había entrado nadie en el desde hacia décadas. No existían huellas ni pisadas en el suelo, dato que nos asusto bastante, pues cuando pasábamos por los pasillos nuestras huellas si aparecían, y sabíamos que los obreros entraban, les veíamos todos los días.

No se oía ninguna voz, ni grito, ni llantos de bebe como dice el articulo. Nadie hablo nunca de ello tampoco, es parte de la mentira, solo se oían las voces y ruidos procedentes del exterior, pero nada de dentro

Estábamos todos con una extraña sensación, sabíamos que algo no iba bien, y lo estábamos comprobando con el simple hecho de las pisadas, del polvo en el suelo. Todos queríamos salir de ahí corriendo, pero por otro lado estábamos en una situación especial, podíamos averiguar lo que estaba pasando allí y éramos unos privilegiados. Queríamos una señal del mas allá, no irnos de allí con las manos vacías.

El obrero nos dijo que nos iba a dar la prueba definitiva, cogió un mazo que había en el suelo junto a otras herramientas, y como un energúmeno, comenzó a golpear una pared arrancando un buen trozo de ella destrozando todos los ladrillos que la componían en esa zona. Mis amigos y yo viendo al elemento en plena borrachera haciendo derribos solo pensábamos que los golpes se oirían en todas partes y que lo mas probable iba a ser que llegase la policía y tengamos que explicar porque nos habíamos colado en una propiedad privada, de forma que le hicimos parar y salimos de ahí como alma que lleva el diablo.

Pero algo ocurrió…

Cuando volvíamos a estar en lugar seguro, entre la masa en la discoteca, nos dijo: –Mañana volvemos a entrar si tenéis cojones (sic), ya veréis.

Pocas horas distaban ya del amanecer y el cierre de las discoteca intentando olvidar un poco lo que había ocurrido. De repente apareció el trabajador de la obra junto a mis amigos. Él, mas sereno, ellos mas ebrios, y me preguntaron si me atrevía a entrar de nuevo.

He de reconocer que me costo decidir, pero ya estaba amaneciendo y la luz del día alumbraba tenuemente las calles, y, ante la duda de si eran ciertas las leyendas o no, decidí tomarme un buen trago para conseguir un poco el mismo valor que ellos y nos colamos intentando que nadie nos vea.

No recuerdo cuantas horas habían pasado desde nuestra anterior visita, quizás 4 o 6, no recuerdo, lo que si recuerdo como si estuviera viéndolo ahora mismo es, ver boquiabierto, como el resto de acompañantes, el muro reconstruido, ningún trozo de escombro por el suelo, pero mas perplejos nos dejo el ver que las huellas que estábamos dejando en ese preciso instante en el polvo del suelo, eran las únicas que había, nuestro anterior rastro había desaparecido.

Un silencio ensordecedor nos rodeó, no se nos oía ni respirar, nadie comprendía que había pasado ni era capaz de emitir el mas mínimo sonido, excepto el obrero, que comenzó a reír como si acabase de volver a nacer, reía y reía mientras nos gritaba: –Os lo dije, no me estoy volviendo loco, os lo dije.

Nadie dijo, nada, salimos de ese edificio sin hacer ruido, sin tocar nada que no sea necesario tocar, nos daba miedo hasta apoyarnos en la barandilla para bajar las escaleras.

Salimos al exterior, nos miramos y nos fuimos cada uno a casa, ni siquiera nos despedimos. Estuvimos bastante tiempo sin hablar entre nosotros por miedo, quizá, a que saliese el tema en cuestión.

Pude ver como semanas después esos obreros se negaron también a volver a esa obra. Ante tales acontecimientos y rumores, el promotor tomó la decisión de derruirlo en su totalidad y edificar el edificio que actualmente se ubica en el lugar.

Mucho ha llovido desde entonces, pero 2 cosas no han cambiado:

  • Ningún ocupante de ese edificio ha comentado nunca nada de sucesos paranormales.
  • Aun no hemos hablado mis amigos y yo sobre lo que allí sucedió.

¿Que sucedió allí? Como se reconstruyo el muro y desaparecieron nuestras huellas del suelo en unas pocas horas es algo que aun me resulta totalmente imposible explicar.

Esta es mi versión, y la recuerdo con los pelos de punta, los brazos erizados y un escalofrío recorriéndome la espalda.

No fue mi primera experiencia paranormal, pero si una de las que más impactó en mi vida. ¿Fue derruido y con él sus energías que, a día de hoy, dejan tranquilos a sus visitantes?

 

Publicado por el día 13/01/2019

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