Revisando viejos casos con el fin de «desclasificar» algunos de los más interesantes, topé con una investigación llevada a cabo por nuestro compañero Juan Miguel Marsella, fundador de la Sociedad Española de Amigos del Misterio y de la Parapsicología y un servidor. Se trata de un edificio con encanto y que a día de hoy pasa desapercibido por muchos madrileños: El Centro Cultural Conde Duque, enclavado en pleno centro de Madrid y que deparó alguna que otra sorpresa durante la jornada en la cual tuvimos el privilegio y la excepción de poder pasar allí donde ningún visitante podía llegar… ¿Nos acompañas?
Historia del lugar
Centro Cultural Conde Duque (Fotografía: Turismo Madrid)
Para conocer e hilar la crónica de nuestras pesquisas en el lugar, es obligatorio detenerse en conocer su historia, pues está íntimamente relacionada con los sucesos que allí -y suponemos que actualmente- ocurrieron.
Nos remontamos al 4 de noviembre de 1717, cuando el rey Felipe V manda construir un cuartel para sus Reales Guardias de Corps ubicado en la calle Conde Duque. El cuartel, una vez acabado, daba cobijo a 600 de sus guardias y a 400 caballos según las crónicas. Durante toda su vida útil como cuartel, hasta el año 1969, pasó el tiempo sin grandes sobresaltos, salvo el incendio que asoló las plantas superiores en el año 1869. Como curiosidad, resaltar que el edificio fue utilizado como cárcel para personajes importantes durante algunos periodos de su vida.
Aparte de ser uno de los más famosos centros culturales de la capital, también alberga el Archivo de la Villa, la Biblioteca Histórica Municipal o la Hemeroteca Municipal de Madrid, entre otros estamentos dedicados a la cultura.
Extrañas presencias entre sus instalaciones
Juan Miguel Marsella era claro al respecto: «Muchos trabajadores me han afirmado que en las instalaciones, principalmente en la zona de los sótanos, sienten presencias e incluso algunos han podido ver a una persona etérea«. Gracias a su trabajo, me invitó a pasar una jornada con el investigando el lugar y recogiendo material documental con el fin de intentar obtener pruebas de una posible actividad paranormal.
Como narra Juan Miguel en su web Madrid Oculto, «…después de que varias personas afirmaran que habían visto sombras, hubo dos personas que vieron a un posible señor con capa y traje militar por la zona. Uno de ellos, al asustarse, se quedó junto al ascensor y, el otro, que sabía cómo tratar estos temas, intentó entablar una conversación con el. Hablaron de varios datos, pero uno llamó la atención: La presencia había sido allí enterrada junto a su hijo…«. Cuando el testigo se refiere a «hablar», enfatizaba que era hablar, tal y como si fuese una conversación entre dos personas vivas.
Ambos compañeros, tras el susto, indagaron con el fin de adivinar la identidad de esa enigmática figura, encontrando, y coincidiendo ambos, la foto del General Cavalcanti, que comandaba el cuartel en los años 30 del siglo XX.
Es evidente que lo afirmado por la presencia es, cuanto menos, falso, ya que el General Cavalcanti murió durante la Guerra Civil española en la ciudad vasca de San Sebastián y jamás tuvo descendientes. No obstante, posiblemente nuestros testigos pudieron confundirlo con otra persona muy parecida.
Fotografía del General Cavalcanti dando un discurso en el patio central del Cuartel del Conde Duque (Fotografía: Madrid Oculto)
La investigación
La fecha de la investigación se remonta a febrero de 2006 cuando parte del centro cultural se encontraba en fase de rehabilitación. Por entonces, Juan, debido a su trabajo de técnico de telecomunicaciones adscrito al Ayuntamiento de Madrid frecuentaba muchos sitios de titularidad municipal, entre ellos estas instalaciones. Por ello, y gracias a su carácter sociable, pudo recoger de primera mano diferentes testimonios y gestionó una autorización verbal no oficial para poder pasar allí una jornada indagando.
Lo que se pudo sacar en claro es que la fresquera del cuartel, lugar donde antaño se almacenaban alimentos perecederos a falta de neveras, situada en los sótanos, parecía ser el epicentro de la fenomenología. Por ello Juan comenzó a pasar por la estancia el detector electromagnético, que indicaba índices de detección leves, aunque interesantes, pues allí no existía aparato electrónico alguno, por lo que posiblemente podría dar leves positivos al encontrarse los circuitos eléctricos que alimentaban las luces. Lo interesante es que daba positivos lejos de posibles canalizaciones eléctricas.
Se procedió asimismo a un barrido fotográfico (con tecnología de la época, que, aunque parece que no, ha dado un salto cualitativo notable) centrándonos celosamente en los puntos donde los trabajadores referían los fenómenos, aunque sin resultados.
Una sorpresa con el monocular de visión nocturna
Mientras Juan y yo nos centrábamos en las fotografías y el vídeo, un sonido de procedencia desconocida dentro del habitáculo nos llamó la atención. Juan tuvo la buena idea de apagar las luces y observar la sala con el monocular de visión nocturna con el que contaba pudiendo observar una extraña niebla merodeando por la sala. En un primer momento atribuyó tal escena a la lente, que podría estar sucia, por lo que procedió a encender nuevamente la luz y limpiarla, repitiendo nuevamente su experimento. Pudo seguir viendo la niebla moverse durante unos segundos hasta que desapareció en un punto en concreto de la sala…
En este punto se detuvo y desapareció la niebla
Como podemos ver en la imagen superior, se aprecia un tapiado en una zona donde existía un túnel -algo muy común en Madrid conectando diferentes e importantes edificios-. Se dice que desde el Cuartel de Conde Duque existía uno hacia el Palacio Real donde incluso podría transportarse un carruaje. ¿Podría ser esta una entrada donde, hipotéticamente, estuviese enterrada la presencia junto a su hijo? La pregunta no es casual, pues algunos testigos, en este punto, afirman haber presenciado hasta dos energías simultáneamente.
Cuaderno de campo del día 27 de febrero de 2006
El texto a continuación expuesto representa de forma coordinada y temporalmente lineal nuestra jornada de investigación. Los archivos corresponden a Juan Miguel y a su web Madrid Oculto y son originales del año 2006.
Comenzamos recogiendo testimonios de unos trabajadores que nos acompañaron durante unos minutos en la bóveda apuntando datos y grabando la conversación, ya que contaba con una grabadora permanentemente gravando previamente el lugar. La mujer de una de las personas con las cuales hablo en ese momento esta relacionada con la parapsicología, teniendo ese sexto sentido y esa intuición tan afinada como para acertar y ver cosas que nosotros no vemos. Habiendo hablado el testigo con ella al respecto le transmitió unos datos muy esclarecedores respecto a los datos obtenidos por nosotros sobre la época, sobre que podría ser el General Cavalcanti, etc… La verdad que este señor era toda una personalidad, contrajo matrimonio con una de las hijas de Doña Emilia Pardo Bazán y era una de las autoridades militares en España desde hacia muchos años. Antes de llevar el mando del cuartel de Artillería de Conde Duque ya fue famoso en la década de los 20 por sus victorias en las guerras contra Marruecos.
Después de haber estado pasando por todo el habitáculo de la bóveda el detector electromagnético, notamos alteraciones bruscas en la climatología, controlada por un termómetro, siendo las variaciones de 18 grados de la habitación a bajar en momentos la temperatura hasta 4º o 5º. El detector de electromagnético tenia alteraciones muy claras de campos electrostáticos por varias de las zonas. Fue curioso que el campo detectado se movía alrededor nuestro como si de una persona se tratase teniendo alteraciones típicas de cuando pasa una persona física. La aguja se movía de izquierda a derecha con ese tenue toque como si del pulso se tratara. El campo electrostático rodeaba el aparato, lo movías y dejaba de moverse y al rato, sin moverlo, volvía a ponerse «nervioso». Dejamos el detector fijo donde mas alteraciones tenía y procedimos a los experimentos psicofónicos en modo Transradio y grabaciones psicofónicas simples.
Parte del material utilizado en las pruebas psicofónicas
Situamos las grabadoras en distintas partes, yo puse la mía con un transmisor de radio frecuencias a la distancia de un metro y orientado el altavoz del mismo hacia el micrófono y Pablo Moreira se situó en otra zona de la bóveda efectuando una grabación simple con grabadora Phillips AQ6455 y procedimos a hacer las preguntas grabando en todo momento con una cámara de vídeo con soporte DVD. Después de este experimento realizamos uno controlado de 10 preguntas grabado en DVD dando unos comentarios antes y después del mismo.
Hicimos varias preguntas dejando pasar tiempo de unos 30 segundos a 1 minuto por pregunta, descubriendo algunas inclusiones solo con una escucha. Al analizarlas en casa nos llevamos mas de una sorpresa: cánticos de mujeres, voces, llantos, repetir las cosas que estábamos diciendo como es el caso en esta locución.
En la locución adjunta comprobaréis que mi voz dice «el detector de biomasa que lo acabo de guardar», pasan unos 3 o 4 segundos y se escucha una voz ronca como de una persona mayor repitiendo exactamente lo que yo estaba diciendo. Aqui puedes escucharla:
Después de hacer varios experimentos psicofónicos durante una hora mas o menos en los distintos lugares procedimos a hacer una supervisión con infrarrojos de unos 5 minutos para ver si se apreciaba alguna luz o alteración en el ambiente que fuera apreciable por este. La verdad no observamos ningún fenómeno anómalo. Respecto a lo que sentimos, varios ruidos en el pasillo, los cambios de temperatura en algunos momentos de la permanencia dentro, el calentón de una oreja que tuvimos en repetidas veces -una sensación muy curiosa la cual puede ser debido a la sugestión, nos sucedió a los dos en repetidas ocasiones como si una fuente de calor nos calentara solo una oreja-, suena a chiste, pero es verdad.
En otras ocasiones escuchamos ruidos: Se nos calló algún objeto que estaba posiblemente mal colocado, etc… Recogimos todos los utensilios colocados y pasamos al trabajo de análisis ya cada uno en nuestras respectivas casas.
Es conveniente aclarar el interesante fenómeno vivido en el interior de la quesera en nuestros propios cuerpos. Si bien Juan Miguel nos habla de que se calentaban nuestras orejas, curioso pero verdad, solo era una de ellas. Recuerdo que en un primer momento se calentó mi oreja izquierda, y cuando se lo comenté a Juan este tenía el mismo síntoma en su oreja derecha. Posteriormente, unos minutos después, volveríamos a vivirlo pero a la inversa.
Otro dato a destacar y, además, digno de mención, era cuando en cierto momento nos dejaron allí solos. De repente, una máquina compresora de pintura volcó sin que pudiéramos verlo, tan solo escuchamos el ruido y la vimos ya tumbada. Pues bien, es evidente que podría haber estado mal colocada, no obstante, tras unos segundos, comenzamos a sentir un cierto malestar ambos en el cuerpo que iba a más según pasaban los minutos. Nos vimos, tras unos tiempo, «atontados» y sentados en sillas de oficina preguntándonos por semejante falta de vitalidad.
En la parapsicología espirita está reflejado el fenómeno de absorción de energía. En teoría, el fenómeno se alimenta de una energía para hacerse notar, bien proveniente de aparatos electrónicos (descarga de baterías llenas, etc…) o bien en el cuerpo humano (fenómeno menos común). ¿Habría sido ese nuestro caso y «algo» utilizó nuestra energía física para manifestarse? La verdad es que en 15 años juntos investigando este fenómeno solo lo hemos podido vivir una vez.
Reproducción más o menos fidedigna del compresor que, misteriosamente, volcó durante nuestra estancia
Actualmente no tenemos nuevos testimonios de fenómenos vividos en su interior, pero lo que está claro es que en su día se vivieron, y no solo constatado por un testigo, sino por varios y de solvente credibilidad. Este y otros lugares misteriosos de Madrid puedes conocerlos en el libro de Juan Miguel Marsella 50 lugares embrujados de Madrid.
En el siguiente vídeo, podemos ver a Juan Miguel hablando del Conde Duque a partir del minuto 16:25:
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