Hemos podido constatar en diferentes ocasiones que el abandonado Hotel Colonia Puig es uno de esos lugares donde, como mínimo, uno experimenta sensaciones. Este enclave se encuentra en el ranking de los más visitados por nosotros, la proximidad y los resultados que hemos obtenido nos hacen calificarlo como lugar idóneo para la investigación
Con el paso del tiempo, como es normal, este hotel ha ido decayendo por los destrozos provocados y las inclemencias del tiempo, que han ido erosionando el lugar.
En esta ocasión, nuestra experiencia fue notablemente diferente a la primera. Una veintena de personas nos desplazamos hasta el lugar con el fin de experimentar.
Se trataba de organizar tres grupos y de aplicar el sistema científico, es decir, un grupo se encargaría de realizar un ritual “mágico” para en lugar de esperar a que el fenómeno paranormal se muestre, intentar provocarlo mediante el ritual y mediante los estados modificados de conciencia. Un segundo grupo compuesto por psicólogos sería el encargado de dirigir el ritual, medir el grado de sugestión y velar por que todo se desarrollase en orden y, sobre todo, pasar una agradable experiencia, sin miedos y sin cargas excesivas de emotividad. El tercer grupo, formado por un servidor y por Micaela nos encargaríamos de la parte de registro ambiental, grabación de audio, vídeo e infrarrojos, control de cambios de temperatura y registro de variaciones magnéticas, así como la habitual fotografía, normal e infrarroja.
Tras una primera toma de impresiones del lugar, se procedió a los preparativos para el ritual, del tipo cabalístico, donde los oficiantes se dirigirían y pedirían el amparo de determinadas “entidades”.
Muchos seguramente no creerán en este tipo de rituales, ni siquiera en la magia, pero aclarar que eso no era lo importante, si no el estado de trance, que según se cree, es el apropiado para que se de el poltergeist o el fenómeno paranormal, y, para llegar a este estado, el psicodrama es ideal.
Un pentagrama dibujado en el suelo del salón comedor de este abandonado hotel mostraría el campo de acción de los oficiantes: velas, simbología ritualística e inciensos serían complementos para el ritual, que comenzó con invocaciones, lectura de determinadas palabras o salmos y acciones de las cuales desconozco su utilidad.
Un cuarto grupo formado por observadores jóvenes con un interés por vivir la investigación paranormal de campo. Las miradas de estos se dirigían ante todo a los oficiantes del ritual, creyendo o no en cuanto hacían, pero con total respeto. El ritual se prolongó por espacio de más de una hora.
La parte técnica, en todo momento, dirigía los ojos electrónicos de las cámaras de foto y vídeo en las direcciones que nos indicaban los oficiantes del ritual, así como en diferentes lugares para no perder detalle y estar atentos ante posibles incidencias o manifestaciones.
Concluido el ritual se dio paso al intercambio de opiniones. Materialmente no habíamos sido testigos de nada anómalo, pues en todo momento los indicadores de temperatura y magnetismo dieron lecturas normales, solo faltaba el análisis de los audios y fotografías, cosa que obligatoriamente ha de hacerse en el laboratorio.
No hubo ninguna apreciación extraña una vez analizado toda la grabación y las instantáneas, no obstante, nuestro análisis era en primera instancia, de haberse captado algo anómalo se hubiese recurrido a técnicos de audio o de fotografía, pues es necesaria una opinión y análisis imparcial. Precisamente la aplicación del método científico comienza por algo tan sencillo como el sentido común, pero es necesario no mezclar las cosas y que cada uno desempeñe la función encomendada y para la cual tiene formación.
En esta segunda investigación o experimentación, y a pesar de no haber obtenido resultados constatables, la experiencia fue catalogada como muy positiva, y el principal motivo radicaba en que los jóvenes viesen la manera de trabajar, que experimentasen desde la observación, que se percatarsen de los diferentes grados de sugestiónabilidad, la observación de los registros ambientales y unas pautas sobre el trabajo con sonido y vídeo.
Esta experiencia ha sido la segunda que hemos llevado siguiendo esta metodología, la primera tubo como escenario una ermita (no abandonada). Este enclave fue elegido por la facilidad de acceso, por la tranquilidad para desarrollar una experiencia que se prolongaría por más de dos horas, por los sucesos trágicos acaecidos en este enclave -sobre todo durante la época en la que este hotel fue usado como hospital de campaña para heridos de guerra– y por nuestras experiencias propias y anteriores.
No obstante, y según mi manera de pensar, algo se nos escapa en cuanto a cuando se origina el fenómeno paranormal, ya que parece como si este mostrase una cierta inteligencia, y con el simple acto de sentirse observado, este mute o varíe, calle o hable según una conveniencia, desconocida para nosotros, a voluntad del fenómeno.
Otras tantas experiencias, con muy diferentes resultados viviríamos en visitas posteriores.
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