A finales de diciembre del año 1892 da comienzo una de las leyendas que más ha calado en los habitantes de la localidad madrileña de San Lorenzo de El Escorial. Aquel día desaparecía de forma misteriosa por las calles del pueblo el niño Pedro Bravo Bravo apareciendo muerto en el cercano Monte Abantos un par de meses después. Tras aquel terrible suceso, muchas personas afirman haber sido testigos de fenómenos extraños por la zona

San Lorenzo de El Escorial es en la actualidad una localidad tranquila y sin excesivos sobresaltos. Famosa por su monasterio, único en el mundo, es una zona repleta de leyendas relacionadas con los OVNIs, lo religioso, los lugares de poder y las apariciones fantasmales. Sin ir más lejos, el propio monasterio, aparte de sus innumerables leyendas, es famoso por, según dicen, estar construido sobre la propia entrada al infierno.

La historia que nos ocupa está relacionada con lo fantasmal, y no es la única, pues cerca podemos encontrar el Puerto de la Cruz Verde, famoso entre los amantes de lo paranormal por ser uno de los primeros puntos donde nació la leyenda de la chica de la curva en España.

Pero… ¿Qué hay detrás de la historia del niño Pedrín? Según Juan Miguel Marsella, autor del libro 50 lugares embrujados de Madrid y todo un referente en cuanto a historias extrañas en la provincia, «Fue un asesinato como muchos de los que hay hoy en día, donde por desgracia se ha inflado la leyenda hasta límites insospechados«. Alejandro Sanabria, colaborador de Mundo Parapsicológico y antiguo habitante de la localidad, nos dice que cuando eran pequeños «(…) utilizaban el crimen del niño para asustarnos y que no fuésemos solos al monte, decían que allí podía haber un sacamantecas, pero nosotros, por el morbo de lo prohibido, íbamos…«.

La cruz del niño Pedrín en la actualidad

Pero… ¿Cual es la verdadera historia de lo ocurrido?

Como bien hemos dicho, el 25 de diciembre de 1892 el pequeño desaparecía mientras se dirigía al monasterio donde era monaguillo. Era temprano y nada podía presagiar lo que iba a ocurrir. Las investigaciones posteriores concluyeron que el niño había sido secuestrado por un habitante del pueblo que asesinó posteriormente a la víctima. Según se pudo reconstruir en su época y que ahora Juan Miguel ha rescatado para su obra, el niño fue secuestrado por la familia de «Los Chatos», los cuales estuvieron implicados la gran mayoría en mayor o menor medida, aunque quien tuvo mayor protagonismo fue Julián García. Tras el interrogatorio, se descubrieron datos escalofriantes: El niño fue abusado sexualmente en repetidas ocasiones.

¿Cómo se descubrió que Los Chatos estaban implicados? Según nos cuenta Juan, el niño fue encontrado por la zona donde actualmente se encuentra la cruz por Bernabé Pastor y José Larrañaga en un mal estado de conservación. Las labores policiales sobre el terreno descubrieron un extraño pañuelo con las iniciales J. G. – Julián García-. En una hábil maniobra policial la hermana del asesino reconoció el pañuelo. Las cosas comenzaban a esclarecerse y Julián ya se encontraba en la cárcel debido a un robo cometido en días anteriores, por lo que la posibilidad de fuga era nula. La benemérita decidió entonces registrar la casa y en un sótano encontraron restos biológicos y de ropa que posteriormente se confirmaron pertenecían al niño.

«Es falso que al niño le sacasen el sebo como se dice o cualquier otra parte de su cuerpo para venderla, lo que ocurrió es que el cuerpo estaba semienterrado y, al ser invierno, posiblemente fuese parcialmente comido por animales«, relata Juan.

El diario ABC de la época se hizo eco de lo ocurrido en su anuario de 1893

El diario «El Imparcial» realizó una cobertura completa de lo ocurrido, puedes consultar el diario en este enlace

Leyendas en torno al lugar

Sea como fuere, lo cierto es que como hemos podido comprobar la leyenda, como suele pasar con el tiempo, fue desvirtuándose hasta no coincidir prácticamente nada con la realidad. No obstante, lo que si es cierto es que con el paso de los años se han ido dando diferentes avistamientos en el lugar que intrigan a propios y extraños. Gente que afirma haber presenciado una sombra de aproximadamente dos metros rondando la zona y asustandolos a gente que afirma haber escuchado la propia voz juguetona del niño.

Lo que si es cierto es que la cruz en la actualidad se ha convertido en una especie de santuario donde mucha gente de la zona acude a realizar ofrendas y exvotos ya que se le atribuye al niño la capacidad de conceder deseos y peticiones. Si uno se acerca, puede ver monedas, anillos y multitud de objetos que nos dicen indirectamente las peticiones de sus protagonistas.

Actualmente no son pocos los grupos de experimentación paranormal que acuden al lugar para intentar obtener pruebas psicofónicas o de cualquier otra índole relacionadas con el caso. Nosotros acudimos en agosto de 2016 a grabar un reportaje con Juan Miguel y de paso que nos contase la verdadera historia. Nada paranormal obtuvimos, pero si la amarga sensación de que un trágico suceso a veces provoca un extraño fervor popular místico que muy pocas veces -y desde luego este no es el caso- coincide con lo real.

Lo que se transmite con el tiempo

Muchas falsedades, algunas rozando el esperpento, se han contado en torno a este cruel asesinato. La más destacada dice que fueron los propios monjes los que asesinaron al niño en un acto satánico. Otra nos dice que fue un monje solamente el asesino y que el resto ocultó al niño en el monte para que no se viesen relacionados con el suceso. Estas leyendas fueron fuertemente difundidas por movimientos de izquierdas de la época con el interés obvio de desprestigiar a la institución eclesiástica.

Si deseas visitar respetuosamente la cruz, en nuestra guía de lugares misteriosos puedes conocer su ubicación exacta de este y otros lugares enigmáticos de la zona.